Cuando empecé a trabajar como pastor, me di cuenta que muchos pastores odiaban lo que hacían. Se habían convertido en cínicos. Estaban desilusionados. Algunos de ellos renunciaron. Lo siguen haciendo. La cantidad de personas que abandonan la vocación pastoral es enorme. Y yo consideraba ser un pastor la cosa más emocionante que jamás había hecho. Estás justo en el centro de todo este pecado y salvación y muerte y nacimiento, y es todo tan local y tan personal. Si no estuviese escribiendo las cosas que he estado escribiendo, habría escrito novelas, porque la congregación es una fuente abundante de relaciones humanas y de relaciones con Dios y de relaciones espirituales.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
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