Wednesday, April 3, 2013

Entrevista Con Eugene Peterson (Parte 2)

Esta es la segunda parte de una entrevista realizada por David Wood a Eugene Peterson sobre el ministerio pastoral, disfruta:
¿Cómo la vida pastoral ha moldeado tu familia y cómo tu familia ha moldeado tu vida pastoral?
Creo que la influencia más significativa a mi vida pastoral ha sido mi familia. Desde el principio determiné que nunca trataría a mis feligreses mejor que a mi familia. Así que fue en el contexto de nuestra vida familiar que aprendí el perdón, la gracia y el discernimiento – todas las cosas que influenciaron todo lo que hice en la iglesia.

La vida de la iglesia no moldeó nuestra vida familiar tanto como nuestra forma de ser una familia moldeó la iglesia. La influencia venía desde la familia hacia afuera en vez de desde la iglesia hacia adentro. Como lo veo, mis hijos fueron afortunados. Ellos tenían 20 tíos y tías y abuelos. Era un lugar maravilloso para ellos.

A menudo teníamos gente viviendo con nosotros – niño abandonados, mujeres abusadas, gente que necesitaban un lugar donde vivir por poco tiempo. La consecuencia no intencional de este esfuerzo de nuestra parte era que fuese un testimonio para la congregación, la práctica de la hospitalidad cristiana. Tomo de 10 a 12 años de vivir de esta manera antes que la congregación iniciara esta misma practica de hospitalidad. Sin yo haber dicho nada, ellos comenzaron hacerlo. La manera en que vivimos como pastores puede tener un verdadero impacto en nuestras congregaciones – para bien o para mal. Muy a menudo nuestras vidas familiares parecen tan caóticas como las de todos los demás.  Si es así, entonces contribuimos al malestar general.

Lo que estás describiendo me hace pensar que necesitamos comenzar a pensar en cosas como “la vocación de la familia pastoral.” Por ejemplo, en tu caso, es imposible para nosotros entender tu vida como pastor separado de tu vida como esposo y como padre.
Eso es cierto. Sin ese contexto, no conocerías nada. Y Jan ha actuado como pastora. Me refiero, hay una cualidad pastoral en ella. Es una vida compartida y a ambos nos gusta.

Pero no creo que pudiésemos haber vivido este estilo de vida en una iglesia grande. Debe haber maneras de hacerlo en una iglesia grande, pero yo no la he encontrado. Si el evangelio es básicamente relacional, si lo que conocemos de Dios a través de la Trinidad significa que el conocimiento de Dios es fundamentalmente encarnacional, entonces la vida pastoral ¿no debería tener un molde encarnacional? ¿No debería ser intensamente relacional?

Se habla mucho en estos días acerca de la comunicación, entendida mayormente como una tecnología. En este caso, la gente no está hablando de la conversación. Están hablando de comunicar palabras que sean de motivación o de información.

Una de las ventajas de estar en el mismo lugar por un largo tiempo es que te das cuenta que las cosas más importantes que estás haciendo no se sienten tan importantes cuando las estás haciendo. Eso es lo que significa tener un testimonio. Tu vida habla cuando no estás mirando o hablando. Como pastor, eres un testigo – pero en su mayoría eres testigo cuando no sabes que estás siendo un testigo.

En Under the Unpredictable Plant y en otros libros, has escrito de la necesidad de establecerse en un lugar de manera que la vida pastoral desarrolle un tipo de capacidad para “ser testigo”, eso que estas describiendo. Hablas que la vida pastoral requiere un “voto de estabilidad.”
No quiero sonar dogmático acerca de esto, pueden haber muchas excepciones. Algunas congregaciones son verdaderamente neuróticas, y tienes que salir para salvar tu vida y la de tu familia. Hay circunstancias que cambian, enfermedades, diferentes temporadas – estas realidades necesitan ser tomadas en cuenta. Pero, todas las otras cosas siendo iguales, mientras más tiempo puedes permanecer en un lugar mejor.

Ahora puede ser que un pastorado largo te adormezca. Esto no es bueno ni para ti como pastor ni para la congregación. Con optimismo, en esas circunstancias, un obispo o algún líder de la iglesia dará un paso al frente y dirá, “¡Sal de ahí rápido!”

Pero esas situaciones siguen siendo las excepciones. Residir en un lugar por un tiempo indeterminado hace la diferencia. Un lugar es lo que permite que las historias se desarrollen. Aun cuando la gente se iba – a  California o a Texas – mantenían una conexión con nuestra congregación en Baltimore. Al pasar de los años, la congregación se dispersó por la costumbre de las compañías de mover sus empleados a otros lugares, pero en su mayoría la gente nunca perdió la conexión conmigo o con mi familia o con otros en la congregación.

Escribes acerca de querer dejar tu congregación en diferentes momentos e incluso haberlo intentado. Pero te mantuviste y obviamente ahora estas agradecido de que así lo hiciste.
Creo que la razón principal de querer irme era el aburrimiento. Después de un episodio de aburrimiento, me di cuenta que el aburrimiento era mi culpa. No le estaba poniendo atención a las cosas. Era como si estuviera caminando en un campo de flores silvestres y no las mirara por que ya las había visto 500 veces. Así que aprendí a empezar a mirar. Escribir se convirtió en una cura parcial del aburrimiento, porque me hacia mirar más de cerca.

Otra causa de mi desasosiego era – me apena decirlo – la ambición. Estaba en un lugar oscuro y nadie se daba cuenta de mí. Pensé, “Bueno, tengo 40 años – mejor hago algo para que alguien me note.”

¿Es la ambición mala? Has escrito tantos libros a través de los años – eso me parece un esfuerzo ambicioso.
En el mejor sentido, la ambición es querer hacer lo mejor. Pero a veces ambición puede ser una simple necesidad de ser notado. Y pienso que en mí, había ese tipo de ambición en mi intranquilidad. Pero afortunadamente tenía un buen director espiritual que pinchó ese globo. Luego,  al cumplir  42 años de edad, ya estaba bien. El problema nunca volvió a surgir. Estaba a salvo.
Parece un verdadero reto discernir cuando esa intranquilidad es solo parte del camino en que uno está, y cuando es una señal de que uno está en el camino equivocado.

Es un reto. Nuestra capacidad de auto-engaño es enorme. No confiaba en mi mismo para tomar esas decisiones. Por eso es importante tener un director espiritual.

Creo que hay gente que pueden ser muy buenos pastores por diez años y luego se dan cuenta que esa no es su vocación. Tal decisión no tiene que ver con éxito o fracaso. Algunas personas hacen un trabajo respetable, y pueden ser dotados como pastores, pero nunca son entregados a eso – su corazón no está en eso. Están siguiendo la dirección de alguien más, haciendo lo que sus padres siempre quisieron, o lo que sus profesores querían que hicieran. En tales casos salir de eso es lo honesto, y debe ser hecho sin culpa alguna.

La dirección espiritual es un tema prominente en tus obras y en tu experiencia también. ¿Cómo entiendes que es el papel de un director espiritual?
Me pongo un poco intranquilo en cuanto a la profesionalización de dirección espiritual. Concedido, el entrenamiento y el consejo pueden ayudarnos a trabajar mejor. Pero básicamente no es algo especializado. Más bien es parte de la vida Cristiana y debe ser parte de la vida de un pastor. Desde mi perspectiva, la dirección espiritual es una conversación en la cual el pastor está tomando a la persona tan en serio como un alma, como una creación de Dios para quien la oración es su lenguaje más natural.
Este tipo de conversación no está centrada en el problema. Si tienes un problema – un problema intenso, enredado y emocional – hay consejeros, psiquiatras, psicólogos para ayudarte. Eso es bueno e importante. Pero la mayoría del tiempo la gente no tiene problemas – aunque de alguna manera en nuestra sociedad no nos ponemos atención los unos a los otros a menos que no exista un problema. Si no tengo un problema y aun así tengo este sentir de que algo está pasando en mi vida y tengo preguntas en cuánto a lo que Dios está haciendo – ¿Qué debo hacer? Debo ser capaz de llamar a mi pastor y decir, “Necesito hablar contigo.” Pero usualmente la gente siente que tienen que venir con “un problema.”

Si son afortunados, tienen un pastor que está alerta a lo que realmente está pasando – lo cual usualmente no es más que la vida ordinaria y el anhelo de vivirla plenamente, maduramente, y con cierta intensidad. “Ordinario” no significa mediocre o suficiente. Lo ordinario es capaz de ser intenso y es merece atención y compromiso. Me preocupa que la popularidad de la dirección espiritual sea sacada de la vida ordinaria y puesta en una categoría de resolución de problemas.

Como puedes notar, ahora hay muchos programas entrenando pastores para ser “directores espirituales.” Pareces estar diciendo que la vida pastoral en sí misma es una escuela para dirección espiritual.

Algunos tenemos que aprender acerca de escuchar y discernir. Si esos programas desarrollan esas habilidades, están sirviendo a un propósito importante.

Tengo dos definiciones básicas de dirección espiritual. Una es: te presentas y luego te callas. Es importante que la gente tenga un lugar donde ir y saber que estarás ahí para ellos y con ellos. La otra es que la dirección espiritual envuelve grandemente lo que haces cuando crees que no estás haciendo nada. En otras palabras, no estás tratando de resolver el problema. No estás respondiendo una pregunta y no parece que estás haciendo algo. Toma mucho dominio de sí mismo y disciplina para un pastor no decir nada, no hacer nada. Pero la vida pastoral es una escuela ideal para aprender cómo hacerlo.

El significado de la vida diaria es un tema recurrente en lo que escribes.
Debo explicar que crecí en una iglesia Pentecostal que se enfocaba en una experiencia extraordinaria – era la iglesia de los milagros, éxtasis, visiones, y una gran cantidad de manipulación para promover esas experiencias. Como resultado, la vida Cristiana se convirtió en un libro de recortes de experiencias extraordinarias. Yo sabía que no quería ir en esa dirección. Ese enfoque a la vida Cristiana no produce gente madura.

Así que cuando me convertí en pastor no quería hacer nada que distrajera la atención de lo que estaba ocurriendo en la habitación de una familia a las cinco en punto el jueves o en su trabajo a las dos en punto el lunes.
Un reto central de la vida pastoral es tomar a la gente en serio tal y como son y mirarlos, entrar en conversación con ellos y ver la gloria que toma lugar en ese instante, en el mundo de esa persona, la gloria de Dios presente en ellos.
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Entrevista realizada por David Wood
Traducido por Julissa Paulino (¡Gracias!)
Puedes encontrar la original en inglés AQUI
Fausto Liriano • www.veldugo01.com

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