Monday, August 5, 2013

Sobre Esas Excusas y La Iglesia...

Una de las aflicciones de la obra pastoral ha sido escuchar, con cara seria, a todas las excusas que dan las personas para no unirse a la iglesia:
«Mi madre me obligaba a hacerlo cuando era pequeño/a.»
«Hay demasiados hipócritas en la iglesia.»
«Es el único día que tengo para dormir hasta tarde.»

Hubo una época en mi vida en la que r espondía a dichas  afirmaciones con argumentos sencillos que las exponían como excusas tontas. Luego noté que no hacía ninguna diferencia. Si les mostraba lo inadecuado de la excusa, automáticamente saltaban tres más en su reemplazo. De modo que ya no respondo más. Escucho (con cara seria) y me voy a casa a pedir en oración que esa persona encuentre algún día la única razón suficiente para congregarse: la cual es Dios. Sigo con mi trabajo con la esperanza de que lo que hago y digo pueda ser utilizado por el Espíritu Santo para crear en esa persona la determinación de adorar a Dios en una comunidad cristiana.

Muchas personas lo hacen: ellas deciden adorar a Dios, fiel y devotamente. Es uno de los actos más importantes de la vida de discipulado. Y lo que es mucho más inter esante que las razones (excusas) que da la gente para no adorar es descubrir las razones por las cuales lo hacen.

El Salmo 122 es el cántico de una persona que decide congregarse y adorar a Dios. Es una muestra del fenómeno complejo, diverso y mundial de la adoración que es común a todos los cristianos. Es un excelente ejemplo de lo que ocurre cuando una persona adora:
"Yo me alegro cuando me dicen:
«Vamos a la casa del Señor.»"
Salmo 122:1


Tomado de "Una Obediencia Larga"
©Editorial Patmos • Usado Con Permiso
------------------------------------------------------
Fausto Liriano • www.veldugo01.com
Bajo Licencia Creative Commons
Foto Cortesía de Thomas Hawk
Usado Con Permiso Bajo Licencia Creative Common

No comments:

Post a Comment