Tenemos la historia de lo que Dios pudo hacer pero no hizo. Dios pudo
enviar a su Hijo al mundo y transformar todas las piedras en pan y
resolver el problema del hambre mundial. No lo hizo. El pudo haber
enviado a Jesús en un tour por toda Palestina, llenando uno a uno todos
los anfiteatros e hipódromos construidos por Herodes, y maravillar a todo
el mundo con actuaciones de circo sobrenaturales, impresionando al
público con súper acciones divinas. El no lo hizo. El pudo imponer a
Jesús como gobernante del mundo- no más guerras, no más injusticias, no
más crimen. El no lo hizo.
Pero tenemos la historia de lo que El, de hecho, hizo. Nos dio el
milagro de Jesús, pero en forma de un infante nacido en pobreza en un
lugar peligroso sin el entendimiento o apoyo político, religioso, o
cultural de su alrededor. Jesús nunca dejó ese mundo en el que nació,
ese mundo de vulnerabilidad, marginalidad, y pobreza.
(Paradójico:) Fue el milagro que no luce como el milagro- un milagro que
usa los que no tienen poder, lo vulnerable, lo no importante.
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Fausto Liriano • www.veldugo01.com
Bajo Licencia Creative Commons
Foto Cortesía de Thomas Hawk
Usado Con Permiso Bajo Licencia Creative Common
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